Juzgamos las cosas como nos gustaría que fuesen. De ese modo eludimos la Verdad, por eso sufrimos, tus juicios la tergiversan, te perdiste en ellos, en el dolor que ocasionan. Si sigues usando tus juicios para aliviarte empeorarás, entrégaselos al Espíritu, Él los cambiará por milagros.