Cuesta creer esto, pero tu Padre no pudo dejarte sumido en la consecuencia de tus pensamientos locos y dio para todos ellos otra opción; la paz. Créete que es así y empieza a comprobar esta vía nueva. Pídele al Cristo en ti que te muestre esa paz, pídela con la misma insistencia que das fe del desastre… y la verás.