Tú hiciste este mundo, eres su dueño y señor, nada puede cambiarse sin tu consentimiento. No crees ser su autor porque te sientes su víctima. Crees que solo un milagro puede aliviarte y es así, por eso, la única manera de que lleguen es ceder el control al Cristo en ti. Estudia y comprende la lógica que la Verdad respeta y comienza a actuar dentro de ella.