¡Qué la Cordura ayude a entender esto! Toda enfermedad está sostenida por una falta de perdón, por una culpa oculta. Nada es al azar, no puedes seguir ignorándolo. Tu Padre no te dejó desamparado, pero necesita tu invocación para sanarte, tu curación es Su nombre y Su respuesta es siempre el milagro que necesitas. En tus apuros, invoca el nombre de Dios.