Los milagros proceden de Dios, del Amor manifestándose y la visión de Cristo, la forma que nos propone para alcanzar a ver nuestro mundo feliz, liberado de nuestros propios juicios, donde los milagros ocupan el lugar de las locuras que habíamos elegido para ocultar la impecabilidad del Hijo de Dios y mantenerlo separado de su Padre. Acepta su visión, cruza el puente.