Olvidar las palabras y lo que representan es el perdón último que nos presentará delante del Padre. Mira si estás dispuesto, mira si aún conservas apegos y deseos escondidos, observa si estás dispuesto a soltarlos, adviértete del costo de mantenerlos y dirígete igualmente a Él, en la oración los perderás y si no te ves dispuesto, ora también.