Hay que llevar insistentemente nuestro pensamiento ahí, a la inevitabilidad de lo que se enuncia. Si existimos y de eso no podemos dudar, somos el Hijo de lo que venimos llamando Dios, por ser nuestro Origen y Causa, por tanto, los portadores de Su ADN, santos y libres como Él ¿Por qué vivimos al margen de esto?