“El perdón me enseña que todas las mentes están unidas”. Si el perdón me muestra la impecabilidad de mi hermano, en la impecabilidad todos somos el mismo. La impecabilidad no admite diferencias ni matices, es completa y pone fin a las ilusiones que sostienen la separación. ¿Estoy dispuesto a perder mis especialidades y a fundirme en la unidad y homogeneidad de la Filiación? ¿He perdido ya mis miedos al perdón y a mi aparente desaparición? Ni yo soy lo que aparento ni lo son mis hermanos. Que la verdad vuelva a mi mente y que mi perdón le abra las puertas hoy.
“El perdón es el medio a través del cual a la percepción le llega su fin. El conocimiento es restituido una vez que la percepción ha sido transformada y ha dado paso enteramente a lo que por siempre ha de estar más allá de su más elevado alcance. Pues las imágenes y los sonidos tan sólo pueden servir, en el mejor de los casos, para evocar el recuerdo que yace tras todos ellos. El perdón elimina las distorsiones y revela el altar a la verdad que se hallaba oculto. Sus blancas azucenas refulgen en la mente, y la instan a regresar y a mirar en su interior para encontrar lo que en vano ha buscado afuera. Pues ahí, y sólo ahí, se restaura la paz interior, al ser la morada de Dios Mismo”.
“Que el perdón elimine en la quietud mis sueños de separación y de pecado. Y que entonces pueda mirar, Padre, en mi interior y descubrir que Tu promesa de que en mí no hay pecado es verdad; que Tu Palabra permanece inalterada en mi mente y que Tu Amor reside todavía en mi corazón”.
joseluis