“El miedo aprisiona al mundo. El perdón lo libera”. Es difícil creer que sólo hay miedo en mi vida. Miedo que acaba en estrategias y defensas, miedo que me aísla y rodea de enemigos. Me he acostumbrado tanto al miedo que forma mi vida y ya no lo veo. No sólo es lógico que defienda de mis enemigos, que planee mi futuro, sino que tenga puerta mi vivienda, salga vestido a la calle, cuide mi comida, mi salud, mi reputación… en fin, Todo miedo basado en posibilidades adversas. El perdón de las ilusiones que me asustan, es de nuevo mi salida.

“El ego forja ilusiones. La verdad desvanece tus sueños malva­dos con el brillo de su fulgor. La verdad nunca ataca. Sencillamente es. Y por medio de su presencia se retira a tu mente de las fantasías, y así despierta a lo real”. -No tengo nada que hacer, sino reconocerlas como lo que son y recordad la verdad de mi naturaleza- “El perdón invita a esta presencia a que entre, y a que ocupe el lugar que le corresponde en tu mente. Sin el perdón, tu mente se encuentra encadenada, creyendo en su propia futilidad. Mas con el perdón, la luz brilla a través del sueño de tinieblas, ofreciéndote esperanzas y propor­cionándote los medios para que tomes conciencia de la libertad que es tu herencia”.

            -Junto a Jesús-: “Hoy no queremos volver a aprisionar al mundo. El miedo lo man­tiene aprisionado. Mas Tu Amor nos ha proporcionado los medios para liberarlo. Padre, queremos liberarlo ahora. Pues cuando ofrecemos libertad se nos concede a nosotros. Y no queremos seguir presos cuando Tú nos ofreces la libertad”.

                                                                                                                                        Joseluis