“El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya”. Si el conflicto no existe, nada de lo que veo y con lo que me relaciono tampoco. Me lo pone fácil esta mañana; debo estar aún dormido. Y mientras me recreo repitiendo la frase se presentan mis conflictos a reclamar mi atención, algunos viejos compañeros, otros sobrevenidos. Para todos sirve; no existen porque realmente no son mi voluntad… y se rompe algo. Agradezco librarme, aunque sea por un instante de todos ellos. Porque sé que ese instante es la verdad y que puedo volver a él sólo recordándolo.
“Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse sufrimiento así mismo! ¿Cómo iba él a poder planear su condenación sin que se le hubiera provisto de un camino seguro que lo condujese a su liberación? Me amas, Padre, y nunca habrías podido dejarme en la desolación, para morir en un mundo de dolor y crueldad. ¿Cómo pude jamás pensar que el Amor se había abandonado a Sí Mismo? No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor. El miedo es un sueño, y no tiene una voluntad que pueda estar en conflicto con la Tuya. Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto. La muerte es una ilusión, y la vida, la verdad eterna. Nada se opone a Tu Voluntad. El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.
“El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos. Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la paz de Dios. Amén”.
joseluis.