“Donde antes había tinieblas ahora contemplo luz”. Pensé, siempre un paso más adelante, porque sólo veo tinieblas. ¿Cómo será ver sólo luz?… me quedo colgado de eso ¿Qué serán las tinieblas? Sin duda las tinieblas serán las distracciones que me ocupan la vida y sostienen otra diferente de la eterna ¡Ah, cuantas tengo, grandes y chicas! Todo lo que me rodea; mi forma de peinarme, el desayuno que me preparo, los planes para el día, mis dolores, mis placeres, mis expectativas, mis, mis, mis… Por fin comprendo lo que me dice y a donde me llevar la afirmación de hoy. Todas desaparecerán y en su lugar veré la luz ¿Estoy preparado? ¿Realmente quiero perder todo lo que conozco? No puedo dejar de sentir miedo. Y agradezco saber dónde me encuentro, agradezco conocer mis miedos, necesito saber mi estado si quiero salir de él. Hoy digo, sí quiero.

            “Padre, por fin estoy abriendo los ojos. Tu santo mundo me espera, pues por fin he recobrado la visión y puedo ver. Pensaba que estaba sufriendo. Pero era que me había olvidado del Hijo que Tú creaste. Ahora veo que las tinieblas son el producto de mi propia imaginación y que la luz está ahí para que la contemple. La visión de Cristo transforma las tinieblas en luz, pues el miedo no puede sino desaparecer ante la llegada del amor. Déjame perdonar hoy Tu santo mundo, para poder contemplar su santidad y entender que no es sino el reflejo de la mía”.

Escucho a Jesús decirme; “Nuestro Amor nos espera conforme nos dirigimos a Él y, al mismo tiempo, marcha a nuestro lado mostrándonos el camino. No puede fracasar en nada. Él es el fin que perseguimos, así como los medios por los que llegamos a Él”. Y abandonaré mis apegos, como quien los olvida, sin dolores, sin nostalgias.

joseluis