“El miedo ya se acabó y lo único que hay aquí es amor”. Sin saber me enamoró la frase y la repetí confiado. Lo necesitaba. Su cadencia suave y monótona me llevó a mi infancia. Me vi llorando en brazos de mi madre, acuciado por cualquiera de mis penas infantiles, algún sueño del que desperté asustado tal vez, y a ella calmándome con su nana: -Ya pasó, ya pasó…- mientras palmeaba suave mi espalda para sacudir la bruma de mi mente. -Ya pasó, ya pasó… ahora estoy aquí contigo y nadie más lo hace-. Así me traía junto a ella, fuera del peligro que sólo venía de mi sueño.
Esta mañana me dio la paz otra nana. Ésta es su letra; “El miedo ya se acabó porque su fuente ha desaparecido, y con ella, todos sus pensamientos desaparecieron también. El amor sigue siendo el único estado presente, cuya Fuente está aquí para siempre”. -Ya pasó, ya paso…- “¿Cómo iba a parecerme el mundo claro y diáfano, seguro y acogedor; cuando todos mis errores pasados lo oprimen y me muestran manifestaciones distorsionadas de miedo?” -Ya pasó, ya pasó…- “Mas en el presente el amor es obvio y sus efectos evidentes”. -Ahora estoy aquí contigo y nadie más lo hace…- “El mundo entero resplandece en el reflejo de su santa luz, y por fin percibo un mundo perdonado”.-Acabó el peligro, acabó el sueño, ya pasó, ya pasó…-.
“Padre no permitas que Tu santo mundo me pase desapercibido hoy, ni que mis oídos sean sordos a todos los himnos de gratitud que el mundo entona bajo los sonidos del miedo. Hay un mundo real que el presente mantiene a salvo de todos los errores del pasado. Y éste es el único mundo que quiero tener ante mis ojos hoy. -Ya pasó, ya pasó… que no acabe la nana, que no vuelva el horror, ya pasó, ya pasó…-
joseluis