“No soy el único que experimenta los efectos de mi manera de ver”. Parece que viene a justificar por qué coinciden más personas en el mismo mundo que yo habito, es decir, que comparto con otros mis lugares, mis objetos, los acontecimientos que vivo… También hace hincapié en la idea, a la que posterior­mente se le dará cada vez mayor importancia, de que las mentes están unidas”. Sólo si las mentes están unidas puede ocurrir esto, aunque los desencuentros que vivimos a diario parezcan desmentirlo. Realmente vemos las mismas cosas, y ésa es la prueba de la unión de muestras mentes, lo que ocurre es que tenemos opiniones diferentes respecto a lo contemplado, ésa es la dispersión.

Ahí se enfoca hoy la lección: La idea de hoy no se refiere tanto a lo que ves como a la manera en que lo ves. Por lo tanto, los ejercicios de hoy hacen hincapié en ese aspecto de tu percepción”. Me plantea como cada día, el repaso a los objetos de la habitación que ocupo, nunca los había mirado tanto ni hablado con ellos. Con el mismo método de no elegir comienzo: No soy el único que experimenta los efectos de mi manera de ver el sofá. No soy el único que experimente mi manera de ver la lámpara…

            Y así prosigo en este dialogo solitario con mi mundo próximo, jugando a solas, sin otro testigo que yo mismo y guiado por el instinto de encontrar mi propia casa, otra casa diferente. La búsqueda por un camino que nunca anduve, distinta y contraria a la razón que usé hasta hoy. La búsqueda de un lugar en el que poder encontrarme con los míos, sin opiniones diferentes esta vez, porque ya mi mente no esté dividida con otros puntos de vista que difuminen y distraigan de mi única naturaleza.

Joseluis