Juzgando fabricas tus enemigos. Tus juicios son la moneda de cambio del mundo en el que crees vivir, sin ellos no funcionaría, pero tus juicios niegan tu naturaleza: el Amor, la cuna de la Paz. Perdona tus juicios, desactívalos, no puedes encontrar la felicidad que buscas sentado en una caja de bombas. Puedes hacerlo, dentro de ti yace el recuerdo de lo que eres.